En ocasiones sentimos que no estamos al 100% y no sabemos por qué. Nuestra salud y bienestar pueden verse afectados por factores externos que provocan que suframos estrés, fatiga, falta de motivación… Sensaciones negativas que influyen en nuestro ánimo, haciendo del día a día un esfuerzo continuo.
En esos momentos puntuales una ayuda extra puede marcar la diferencia y conseguir que recuperemos nuestra vitalidad en poco tiempo. Aunque antes de pasar a las soluciones, es necesario saber e identificar qué nos está pasando.
¿Tengo estrés?
El estrés es una sensación causada por una situación de tensión física o emocionaly uno de los principales males de nuestra sociedad. Puede ser desencadenado por diversos motivos, y a cada persona le afecta de manera distinta.
¿Cómo se manifiesta?
El estrés provoca una activación generalizada en el organismo, aumentando el estado de alerta a la vez que produce una fase de mayor actividad, y como consecuencia mayor consumo energético. Los síntomas son producidos por la tensión acumulada y se deben al esfuerzo que necesita realizar el cuerpo para sobreponerse al nivel de resistencia que posee para el mismo.
Cuando estamos estresados podemos experimentar un aumento de la fuerza de los latidos del corazón, dolor de cabeza, enrojecimiento de la cara, boca seca, tensión muscular, sudoración y/o mareo. También pueden aparecer otras alteraciones como angustia, cambios bruscos del estado de ánimo, inseguridad, intranquilidad e insomnio.
¿Cuándo aparece?
Generalmente el estrés aparece cuando se produce un cambio a corto plazo, tanto positivo como negativo, o en circunstancias complicadas.
¿Qué hacer para mejorar o evitar los síntomas?
Al producir un aumento de la actividad diaria, necesitamos más nutrientes para compensar el mayor gasto. Esto puede provocar que caigamos en unos hábitos alimentarios incorrectos (como por ejemplo aumentar el consumo de comida rápida), y por tanto recibamos un aporte insuficiente de nutrientes.
Resulta muy importante consumir una alimentación saludable y equilibrada, que puede estar acompañada de un aporte extraordinario de vitaminas y minerales, para recuperar la normalidad y volver a sentirnos bien.
Es aconsejable dormir bien, hacer ejercicio y reducir las sustancias tóxicascomo el tabaco, cafeína y alcohol. En casos de estrés elevado y ansiedad, consulta a tu farmacéutico sobre las recomendaciones a seguir.
¿Siento fatiga?
La fatiga se produce en estados de debilidad y decaimiento, o ante un importante esfuerzo físico. Aunque también puede aparecer en situaciones de estrés emocional o falta de sueño.
Los estados de fatiga y falta de energía pueden conducir a situaciones de somnolencia y falta de interéspor todo lo que sucede a tu alrededor. La debilidad producida en estos casos es tanto física como intelectual, reduciendo de esta manera tu capacidad para trabajar e incluso para realizar las labores más sencillas.
¿Cómo afrontar el decaimiento?
De nuevo estos trastornos pueden provocar un aumento de las necesidades nutritivas del cuerpo. Para afrontar y mejorar estos períodos es fundamental seguir una dieta sana y equilibrada.
En situaciones de debilidad, puede ser necesario recorrer a un aporte vitamínico complementariopara suplir el aumento de las necesidades producidas, aunque en ningún caso el suplemento puede ser sustituto de ninguna comida. Ante un estado de decaimiento prolongado, consulta con un profesional sanitario.¿
¿Qué es la convalecencia?
La convalecencia es el periodo de recuperación de una enfermedad, intervención quirúrgica o lesión en el que el cuerpo se encuentra aún debilitado y sin fuerza.En esta etapa es donde el organismo repara las pérdidas sufridas durante la enfermedad y se restablecen progresivamente todas las funciones que se habían alterado.
¿Cómo se manifiesta?
Durante este periodo la persona se siente débil, sin hambre y puede fatigarse con frecuenciaa causa del incremento de energía que necesita el cuerpo para recuperarse. El tiempo que tarden en restablecerse por completo las funciones del organismo dependerá de la enfermedad sufrida.
¿Qué puedo hacer?
Como en situaciones de convalecencia el cuerpo necesita una mayor energía para recuperarse y evitar posibles recaídas o complicaciones, lo mejor es mantener una alimentación equilibrada y saludable: con las proporciones adecuadas de los distintos tipos de alimentos y que proporcione la energía suficiente a nuestro cuerpo para realizar sus funciones.
En estas ocasiones puede ser necesario un aporte complementario de nutrientes y vitaminas para suplir el aumento de las necesidades nutricionales. Y ante periodos de convalecencia muy largos, consulta con un profesional sanitario
La importancia de la alimentación
Una dieta desequilibrada es aquella en la que el aporte de nutrientes no es suficiente. A consecuencia de ello se pueden producir síntomas como fatiga, cansancio, alteraciones del estado anímico o insomnio.
La alimentación es un elemento básico para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Conseguiremos la energía necesaria con una dieta saludable y adecuadaque cubra los requerimientos del organismo, así que ya sabes: combina los distintos tipos de alimentos para recuperar los niveles de actividad y los nutrientes necesarios.
¿Qué Astenolit es el tuyo?
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